Animales de compañía o de envidia

Algunas personas se gastan un montón de dinero en comprar perros carísimos, cuanto más caros y de raza mejor, pues buscan desde la más rara, la más pequeña, hasta la más peligrosa. ¿Porqué lo hacen? ¿Para dar envidia? ¿O para que realmente les hagan compañía? Si después la mayoría de las veces no los cuidan como deben, los tratan mal e incluso los abandonan.

Una época con gran afluencia de abandonos es el verano, sin dejar de lado, claro está, los demás periodos vacacionales, como Semana Santa o Navidad.

En estas fechas, algunos dueños de animales domésticos, los dejan abandonados, sobre todo, de perros.

Y es, cuando las perreras y las asociaciones de protección animal se ven colapsadas y muchas veces no les llegan ni los ingresos que recaudan de las subvenciones para poder mantenerlos. En ese momento, tiran de la ayuda vecinal, que en muchos casos, es deficiente.

También están los que crían perros para la lucha o para la caza y cuando no hacen falta los abandonan o matan en el medio de algún monte o lo que es peor, los dejan malheridos.

En el mejor de los casos estos perros son encontrados y llevados a uno de esos lugares donde se ocupan de ellos y llegan a ser acogidos por una familia que los van a tratar con el mayor de los mimos y cariño. Estos perros, al haberlo pasado tan mal a lo largo de sus vidas, son especiales, agradecidos, alegres, dispuestos...

A las personas mayores les hacen mucha compañía, incluso obligándoles a salir aunque ellos no tengan ganas, pues al verles esa carilla que ponen y sabiendo que necesitan salir, hace que cedan y ¿quién pasea a quién?

Es evidente que el abandono es la peor opción. Antes de eso, lo mejor es dejarlos en refugios de animales en los cuales van a estar cuidados.

Y, sobre todo, si la persona que compra un animal no es lo suficientemente responsable para cuidarlo a lo largo de toda la vida de éste, que no lo haga.